Hace unos días escribía en Pasiones un post en el que señalaba mi intención de escribir una serie de artículos en los que reflexionar sobre uno de los temas más polémicos de la historia de de la humanidad: la homosexualidad. No puedo más que sorprenderme cuando, tratando de documentarme acerca de la supuesta homosexualidad del legendario “Ricardo Corazón de León” me topo sin pensarlo con una de las muestras de radicalismo más extremas que he leído en los últimos años.
Por ello considero necesario dejar en mi cajón de asuntos pendientes al consabido rey y pasar a reflexionar brevemente con vosotros de este tema. ¿Qué lleva a algunas personas a rechazar de un modo tan contundente la homosexualidad como forma de vida? Frente a aquellos que defienden la libertad de las personas para hacer de su vida lo que quieran siempre que respetan a los otros se encuentran otros muchos cuya postura es igualmente clara pero a la inversa calificando la homosexualidad como enfermedad, tendencia contra natura o simple vicio. Para muestra un botón. El autor del artículo al que me refiero realiza entre otras muchas afirmaciones como las siguientes, que no tienen desperdicio:
“El matrimonio es de hombre y mujer no porque lo diga la Iglesia, el judaísmo o el Génesis, si no porque lo dice la naturaleza misma”.
“La reivindicación de la adopción, no es sincera en sí, además que faltan en España muchos niños y sobran matrimonios normales en espera de adoptar, si no como recurso de equiparación ante la mentalidad social”.
“Mientras el Apocalipsis señala como uno de los indicios finales el que los hombres vistan como mujeres y las mujeres como hombres, todo se concentra en demoler el concepto tradicional de familia. La inversión de lo bíblico es tal que la lluvia de fuego cae sobre lo patriarcal, no sobre lo sodomítico”.
Pese a que este artículo no es de actualidad basta echar un vistazo a la prensa para darse cuenta de que este pensamiento no es exclusivo del autor y está más vigente que nunca. Aparecen en los medios noticias con titulares que lo corroboran: “un juez llama cobayas a las hijas de lesbianas”, “Un juez de Murcia retira la custodia de su hija a una madre lesbiana” y así puede seguirse casi infinitamente. Parece que queda mucho por hacer…