Según establece un estudio reciente, si tienes un jefe varón, y has realizado algún tipo de sugerencia o lanzado algún punto de vista que contravenga su visión, es mejor que te olvides de su destino. A menos que revuelvas en el cesto de papeles.
Los jefes no escuchan a sus empleados. De hecho, consideran sumamente femenino la necesidad de solicitar ayuda o la aceptación de consejos.
Un estudio realizado por Organizational Behavior and Human Decision Process en los Estados Unidos, considerando a 200 varones en puestos de decisión, comprobó que entre mayor es el poder que se otorga a un jefe, menor es el caso que hace de las sugerencias de sus subalternos.
Es más: entre mayor el cargo, mayor la relación que se hace con el hecho de aceptar consejos con la debilidad.
El estudio va más allá: al analizar la asertividad de los jefes, se comprobó que entre menos se escucha a los empleados, menores su aciertos en la toma de decisiones.
Este último hecho se hizo saber a los jefes más sordos, pero, desde luego, no lo tomaron en cuenta…