El deseo y el placer no siempre van de la mano y menos cuando se trata del primer encuentro entre dos personas que recién se conocen. Las inseguridades y los miedos propios pisan fuerte en esa incipiente intimidad. A continuación compartimos una entrevista con la licenciada Ana Delgado.
– Sexo ¿cada vez más liberación?
Frente a un panorama social y mediático donde la exposición de cuerpos desnudos son moneda corriente y el sexo es cada vez más banalizado parece no haber lugar para pensar en las trabas culturales y psíquicas que aparecen tanto para nombres como para mujeres en el primer encuentro sexual.
– Lic. Delgado, hablar de espontaneidad en el sexo con quien recién conocemos, ¿es hablar de algo posible?
Si por ella entendemos la ausencia de represiones e inhibiciones que impidan la satisfacción plena de deseos, diría que un viejo amigo. Y esto es por las características propias del deseo sexual que siempre va unido a una prohibición, las mayor de las veces, inconsciente.
– Prohibición que fue tomando distintos matices con los años.
Sin duda, los valores culturales actuales muestran una reacción frente a la excesiva represión de épocas pasadas. Hoy, hay «mayor libertad sexual» pero, acceder a ella, abarca más que evitar los obstáculos externos. Implica fundamentalmente superar trabas internas, conflictos propios. Se trata, justamente, de romper con esos «ideales de espontaneidad» que actúan como mandatos, como exigencias sociales, como modelos a alcanzar como condición imprescindible.