Han decidido separaron, pero temen no hacerlo bien y también te asusta «el después». Además, están los niños…
Sin embargo, si ya no hay otra opción, no retrases más la decisión y convéncete de que la ruptura puede ser amistosa y de que el futuro será mejor. Para ello, en primer lugar, ármate de paciencia y mentalízate de que los dos primeros años siguientes a la separación serán complicados y tendrás, seguramente, períodos en los que pienses que has hecho lo correcto y otros en los que te asalten las dudas. El psiquiatra Paulino Castells, en su libro Separarse bien (Ed. Espasa Calpe), recomienda adoptar precauciones especiales cuando hay hijos de por medio.
ANTES DE SEPÁRATE:
- Evita las discusiones en presencia de los niños.
- No utilices a tus hijos como aliados en contra de tu pareja.
- Piensa por ti mismo y no dejes que familiares y amigos decidan por ti; en todo caso, busca consejo profesional.
- Explica a los niños de una forma objetiva las causas de vuestra separación.
DURANTE EL PROCESO:
- Trata de que la despedida fisíca no sea hostil, ni de un día para otro y sin explicación.
- Despídete de los niños de forma cariñosa para que no se sientan abandonados.
DESPUÉS DE LA SEPARACIÓN:
- Intenta que los hábitos de tus hijos no varíen radicalmente: vivienda, colegio, etc.
- Utiliza un lenguaje neutro al hablar de tu ex pareja.
- Si tus hijos se muestran rebeldes o tristes, ten paciencia.
- Durante un tiempo, no te excedas en las expresiones cariñosas a tus nuevas amistades cuando estén delante tus hijos.
- Asegura a tus hijos, con palabras o actos, que seguís queriéndoles pase lo que pase.