La verdad es que lo del punto G de las mujeres es todo un misterio para muchos. Incluso algunos expertos han llegado a la conclusión de qué no existe. Pero hoy no nos toca hablar de nosotras, si no más bien de ellos, los cuáles saben que sabemos dónde tienen su punto G, pero que se resisten a dejarnos a llegar hasta él. Como ya sabrán, el punto G masculino se encuentra en la próstata.
Lógicamente, dada su situación, supone que estimularlo sea pasar por el ano, algo que para muchos, precisamente por un concepto cultural es impensable. Porque claro, todo lo que tenga que ver con el trasero de ellos se interpreta como una actitud gay, y ellos que son muy machos, porque así les dijo la sociedad que tenían que ser, puede que se estén perdiendo uno de los mejores placeres de la vida.
Precisamente por eso, hay que tener cuidado antes de estimular a nuestro chico intentando buscar su punto G, porque no hablarlo antes con él puede suponer no solo que acabemos cortando el rollo de toda la relación en sí misma, si no también que nos llevemos una bronca monumental. Y acabar enfadados y sin sexo por no habernos comunicado antes creo que no vale la pena ¿O sí? Así que mejor es que antes de ir en búsqueda del punto G masculino, lo hablamos antes…