La verdad es que lo de ser mujer tiene muchas ventajas. También tiene cosas negativas. Sobre todo por vivir en sociedades patriarcales y que han sido casi siempre machistas. Sin embargo, puede que sea por el hecho de que yo siempre me he sentido muy orgullosa de serlo que cada día veo que lo de ser mujer te da muchas más sensaciones que lo de ser hombre. Y no me refiero únicamente al hecho de que la mujer sea quien trae la vida al mundo, sino más bien hoy hablamos de la sexualidad.
El otro día hablando con un amigo me hizo una pregunta que la verdad me dio mucho que pensar. El me decía que no tenía ni idea de cómo sentíamos un orgasmo las mujeres, y sentía la curiosidad de entender al otro sexo, porque para el hombre, el sabía lo que se sentía y una vez pasaba tampoco era tal cosa. Pero claro, ver a la compañera del acto que aún después de hacerlo todavía se sentía en una nube, llegaba incluso a darle envidia eso del orgasmo femenino.
Y es que resulta que al final vamos a tener la razón por la cual se nos ha prohibido hablar durante tantos años de la sexualidad femenina y sobre todo se nos ha obligado a ocultarla. ¿Te imaginas que a ellos lo de sentir varios orgasmos a la par y en el mismo coito sin necesidad de pararse unos minutos les causase tal envidia que nos hiciesen callar hablando del pecado? A mi la verdad en una sociedad de hace siglos en la que la mujer se sometía al hombre no me extrañaría que pasase algo semejante. Aunque ahora, por suerte, estamos liberadas.
Imagen | Lambroso