Hemos venido hablando de los efectos benéficos para el organismo de muchos verdaderos afrodisiacos (como el vino o el chocolate), pero hay algunos de ellos que revisten de particular interés, por su exotismo y por lo extravagante que resultan.
Los aromas. Hay una profunda relación entre los aromas y el apetito sexual. Esto se debe a que ciertos aromas aumenta la irrigación sanguínea, esencial para que hombres y mujeres tengan un mejor desempeño (y lo que hace, en esencia, el Viagra). Pues hay olores buenos para los hombres en ese sentido, como el pastel de calabaza y la lavanda. En el caso de las mujeres, hay olores un tanto más curiosos que cumplen ese efecto: el regaliz y el talco para bebé…