Aún no he podido encontrar un libro del que no haya extraído alguna enseñanza, ni una sola de las historias que he recorrido imaginariamente a través de sus hojas me ha resultado indiferente. Y es que la literatura más allá de su género, argumento o incluso de su calidad es siempre una buena compañera. La conclusión tras años de lectura activa es: todo lo que cae en tus manos lo hace por alguna razón. Por ello, cuando hablamos de lectura, siempre sobran los prejuicios. Y así suele suceder con un género que muchos se empeñan en enviar al último escalón de la literatura de calidad. Se trata de la literatura romántica que, como sucede en todos los géneros, cuenta con escritores buenos y menos buenos, argumentos interesantes y aburridos,…
Siempre me he preguntado qué hay de malo en confesarse lector de este tipo de novelas, en combinar de vez en cuando las lecturas más densas con otros más ligeras en las que se habla de amor, de conductas humanas, de modos de afrontar problemas sentimentales pero en las que también se aprende de historia, de ciudades y de otros estilos de vida de un modo absolutamente efectivo.
Gran parte de estas historias suceden en mitad de las guerras más famosas, en escenarios de revolución, en lugares inseparables de los libros de historia.
En muchas ocasiones estos libros requieren una intensa labor previa de documentación para enmarcar una maravillosa historia de amor en un contexto no menos interesante. En Pasiones queremos superar el tópico, ir más allá, descubrir las escritoras más leídas, conocer el perfil del lector y, cómo no, ofrecerte ideas con respecto a ella. Sigue atento al blog para enterarte.