Las estadísticas lo dicen: en estos tiempos que corren cualquier argumento que sacuda la dicotomía masculino-femenino tiene cabida. Ya no es todo tan celeste o tan rosa como en otras épocas; tampoco hay una necesidad imperiosa de definirse por uno o por otro color. Entonces, ¿a que se debe este nuevo fenómeno social? ¿Por qué son cada vez más las personas que optan consideran que sienten igual atracción por hombres y mujeres?
Para el oncólogo italiano y ex ministro de Salud de ese país, Umberto Veronesi, no existen los grises. «El mundo del futuro será bisexual» lanza sin medias tintas el candidato al Premio Nobel de Medicina. Las diferentes entre hombres y mujeres se están atenuando, precisa antes de explicar que tanto unos como otros generan menos hormonas- andrógenos y estrógenos-. Esto hace que «los órganos de la reproducción se vayan atrofiando lentamente» señaña el diario II Reformista. El rol activo que adopta la mujer con el paso de los años también hace que se atenúen los opuestos. «Tendremos hombres menos viriles y mujeres más masculinas. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, la vitalidad de los espermatozoides ha caído a la mitad».
Apocalíptico o no, el ahora director del Instituto Oncológico Europeo suma otros argumentos al debate: las técnicas de fecundación asistida. Teniendo en cuenta que el sexo ya no es la única vía para la procreación, el médico sostiene que los encuentros íntimos serán una cuestión de «afecto, no de reproducción». Con estas predicciones , tener relaciones con personas del otro sexo ya no se volverá determinante. En definitiva, «la bisexualidad será el precio a pagar por la evolución natural de la especie. Y creo que el precio es positivo».
Fuente: Revista Paula.