Hoy cambiamos totalmente de tercio y aunque seguimos hablando de sexo en nuestro blog de relaciones de pareja lo vamos a hacer desde el punto de vista de la identidad sexual. En realidad actualmente está mucho mejor visto eso de «salir del armario»; y aunque a muchos les pueda parecer que los gays y lesbianas afloran al descubierto y se multiplican, la realidad es que siempre ha habido a quien le han atraído personas del sexo opuesto, si no echen un vistazo a la sociedad griega y verán de qué les estoy hablando.
Sin embargo, aunque hoy en día socialmente puedan disponer, al menos en España, de los mismos derechos que cualquier otra pareja con una identidad hetero, lo cierto es que se siguen dando casos de discriminación, y la peor etapa suele pasarse en la adolescencia, donde la mayoría descubren su tendencia sexual con la explosión de las hormonas.
La homosexualidad en la adolescencia es complicada. Y no porque en sí misma lo sea, si no porque los chicos se enfrentan a una gran multitud de presiones del entorno. Por un lado el temor de sus padres, por otro el miedo a que sus amigos no los acepten, más allá el temor a que eso no les permita tener una familia como les han dicho que debería ser, que influya en su trabajo… En fin, las dudas se apoderan de sus cabezas y el caos reina, impidiendo que muchos expresen su sexualidad de verdad e intenten camuflarla con muchas relaciones consecutivas de carácter heterosexual.
Sin embargo, hay que dejar claras dos cosas sobre la homosexualidad en la adolescencia. La primera es que la homosexualidad no se cura, porque no es una enfermedad. Es una tendencia sexual como otra cualquiera. La segunda que el inidividuo debe buscar la manera de salir reforzado del problema que se le presenta, y tanto su familia como sus amigos deben prestarle su apoyo. Lógicamente, no será fácil, pero si crees que eres gay o lesbiana, no intentes cambiarte solo porque el entorno te lo pide a gritos. Cada uno es como es y debe estar orgulloso de ello.