Como dice un proverbio americano, «Escucha o tu lengua te mantendrá en total sordera». Saber escuchar es vital en sociedad, porque nos muestra el mundo a través de los ojos de los demás, lo que amplia nuestra capacidad de comprensión y empatia. Aquí tienes siete recomendaciones básicas:
Siente como el otro. En lugar de pensar sólo en cómo te atecta lo que la otra persona te dice, fíjate también en lo que siente y necesita el otro.
Aparta todas las distracciones. Dedica el cien por cien de tu atención a la persona que te habla. Apaga el móvil y aleja las tareas o preocupaciones que pasan por tu mente.
Ofrece un feedback positivo. Pregunta lo que no has entendido y utiliza gestos, miradas o algún monosílabo («sí, ¿sí?») para demostrar tu escucha activa.
Resume y expon de forma modificada, y con tus propias palabras, lo que te ha contado la otra persona, para demostrar tu interés y detectar cualquier posible malentendido.
No interrumpas cuando habla el otro. Espera a que haya acabado su intervención antes de comentar lo que piensas o sientes al respecto. Deja un silencio prudencial para asegurarte de que te toca hablar.
Observa su lenguaje corporal. Para leer entre líneas, fíjate en las expresiones faciales y gestos corporales de la otra persona. Sabrás si está triste, preocupada, contenta, enfadada…
Ofrece una conclusión positiva. Demuestra que te ha gustado hablar con esa persona, ofrece la ayuda que esté a tu alcance y expresa que puede contar con tu escucha cuando necesite hablar.