Estudios recientes han demostrado que, independientemente de que una persona se ejercite, si pasa la mayor parte del resto del día sentado podría sufrir las consecuencias del sedentarismo. Es decir, se está sometiendo a un mayor riesgo de padecer obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas. Al parecer, estar mucho tiempo sentado podría anular algunos de los beneficios de hacer ejercicio.
¿El motivo? Sentarse es una de las cosas más pasivas, hasta mascar chicle quema más calorías. En comparación con estar sentado, el permanecer parado es un trabajo duro: hay que tensar los músculos de las piernas, y acomodar los de la espalda y los hombros, o cambiar el peso de una pierna a la otra. Y todo eso quema energía. Al estar sentado, entonces, no se queman calorías como con otros pequeños gestos cotidianos. Así, el aumento de peso comienza a aparecer como algo paulatino y lento, pero que no se detiene.
Podemos contrarrestar esto moviéndonos más: subiendo las escaleras de la oficina, caminando a la hora del almuerzo o haciendo Gimnasia Laboral: lo que permite mejorar el estado físico y mental en el lugar de trabajo.
Agradecimiento fotografía: «Office Gym».