Rutina: ese viejo enemigo
La rutina es un enemigo capaz de corroer cualquier vínculo y la relación de pareja no es ajena a la cuestión. «La vida es movimiento, crecimiento y renovación -apunta la licenciada Mónica Burstein, y continúa-, si falta esa pasión, aflora la rutina que debilita a la pareja». La monotonía causa una agonía en el deseo amoroso. A esta verdad, se le suma el hecho de que, habitualmente, nos preguntamos muy poco sobre qué deseamos; resulta infrecuente que prioridad a lo que queremos y es menos factible aún que llevamos a la práctica aquello que anhelamos. Dicha tendencia atenta contra nosotros mismos y, por carácter transitivo, impacta negativamente sobre la pareja. Advertir que esto sucede es el primer paso para intentar revertir este proceso. Lejos de pensar que no hay salida, debemos tener sente que existe un gran abanico de posibilidades para hacer la corrosión afectiva. Las herramientas están al alcance de la mano, pero hay que estar dispuestos a usarlas.
Urgente vs. importante
A lo largo de la vida, una pareja transita por distintas etapas. cada tiene complicaciones que afectan a sus integrantes. El conflicto surge cuando: «la pareja queda fijada en resolver las urgencias impidiendo o retardando, de este modo, el crecimiento de ambospero una vez resuelto lo urgente, es imprescindible abocarse a lo importante.
Los problemas que hacen blanco sobre la pareja inciden en relación de padres e hijos. Por ende, si dichos conflictos permanecen en el tiempo sin resolverse, se resiente la calidad de la relación familiar. No menos cierto es que centrar la atención en la crianza de los niños suele cercenar la intimidad de la pareja.