Pasaron una noche increíble juntos y la intimidad ha llegado en una nueva forma de entusiasmo: es la primera vez que compartirán el desayuno con toda calma, gozando de la compañía del otro. ¿Cómo hacer de ésta una ocasión agradable, que minimice cualquier clase de incomodidad entre ustedes? Sigue nuestros consejos:
1. Un poco de coquetería: Para que te sientas más cómoda, usa la ropa de andar por casa más bonita que tengas. Esto te dará casi la misma seguridad que tienes cuando te arreglas para una cita. Un poco de bálsamo labial y una trenza despreocupada serán suficientes.
2. Esfuerzo mínimo: No te mates haciendo un desayuno espectacular. Con pocos ingredientes y no mucho trabajo puedes conseguir un pequeño banquete que sea original y delicioso. Por ejemplo, experimenta con las frutas: un jugo de mandarina y zarzamora acompañando una tostada de pan de buena calidad y sabor (por ejemplo, con hierbas, ajo o cebolla) te sorprenderá.
3. Relájate: Será mejor cumplir este ritual cuando haya tiempo, un fin de semana. Sé tú misma y comparte la alegría de despertar juntos y tener la oportunidad de entrar en otra dinámica de la relación: lean el periódico, desayunen en la cama, vean un poco de televisión, o continúen con el romance, ¿por qué no?