¿Te preocupa lo que piensen de ti los demás? ¿Te agobia la simple idea de hablar ante tu grupo de amigos? ¿Temes cometer un error, hacer el ridículo o que te rechacen? ¿Si te preguntan algo directamente sólo piensas: «Tierra, trágame»? No hay por qué preocuparse: las dificultades para relacionarse con otros tienen solución. Aquí te indicamos algunas pautas:
Date un respiro. Si constantemente te preocupa lo que otros piensen de ti, seguramente hayas acabado siendo muy exigente y crítico contigo mismo. ¿Criticarías así a tu mejor amigo? ¿Verdad que no? Pues recuerda: tú eres tu mejor amigo.
Socialízate. La práctica es la clave de tu éxito. Así que no pierdas oportunidad de dedicar algún comentario agradable e, incluso, entablar conversación, si surge, con la persona que se sienta a tu lado en el autobús, con la cajera del súper o con el portero de tu vivienda. Un truco muy eficaz: ¡sonríe!
Ensaya. Si tienes que hacer una llamada importante, por ejemplo, y te pueden los nervios, empieza por ensayar unas cuantas veces. Luego, lánzate sin perfeccionismos. Felicítate por haberlo intentado y ten por seguro que cada vez te será más fácil y te irá saliendo mejor.
Actúa. Aunque te parezca raro, «actuar» como si no fueras tímido te ayudará a mostrar más seguridad y autoconfianza. Poco a poco irás integrando esta «actuación» en tu forma natural de relacionarte con los demás.