A veces anunciamos el fin de una relación de pareja como un acontecimiento inminente, pero nunca se concreta. Tenemos que evitar dejar de agitar el fantasma de la separación y evitar que la ruptura permanente se transforme en un estilo de vida. Cada integrante de la pareja llora en los hombros de sus amigos y familiares su inminente soledad. Ambos hacen planes para un futuro que cada uno hará por su lado: vender el departamente, separa las pertenencias…
Ciertos consejos que te podrán ser útiles:
1. Si hace mucho tiempo que tu pareja está en crisis y esta no se resuelve, preguntate qué pasa.
2. Reconocer nuestros verdaderos deseos es mucho más difícil de lo que parece a simple vista. Si anuncias continuamente que querés separarte, pero no concretas, preguntate si es tu verdadero deseo y no pares hasta descubrir la verdad. Ser sinceros con nosotros mismos se reflejará en nuestra relación con los demás.
3. Atención con los mensajes frenadores: el estado de separación perpetua puede ser una forma de eludir el compromiso de estar juntos o el compromiso de separarse. Otra vez, analiza a fondo lo que realmente deseas.
4. Tomar una decisión exige plantearse un objetivo y luego fijar la forma y el momento en que ese objetivo se hará realidad. Si anuncias la separación, pero no fijas fecha, posiblemente te suceda como a las parejas que nunca fijan fecha para convivir o casarse: le temés al compromiso.
5. Las crisis son para ser atravesadas, no para instalarse cómodamente en ellas. Si descubrís que el estado de crisis comienza a resultarte natural, desconfía. La naturalización de las crisis es un signo de alarma.
6. Tené en cuenta que no se puede vivir «en borrador». Una vida sin definiciones es una vida menos plena.
7. No hay por qué resignarse a vivir en crisis. Todos los vínculos pueden modificarse de manera positiva o pueden cerrarse también, positivamente, para dar lugar a experiencias nuevas y enriquecedoras.