Con la siguiente frase: «Si yo amara a mi pareja y quisiera demostrarle mi cariño…» Haz una lista de las cosas que harías «si le amaras» y no haces. Las que a tu pareja le gustan, no las que te gustan a ti. Por ejemplo:
- La miraría a los ojos y le diría lo que realmente aprecio de ella: que es generosa, que es sincera…
- Le haría saber lo importante que es para mí.
- Le diría cuánto me gusta verla feliz.
- Le repetiría y le demostraría que creo en ella.
- Le haría saber por qué creo que mi vida es mejor gracias a ella, y le demostraría lo seguro que me siento.
- Evitaría alzar la voz y le hablaría con voz más suave y cariñosa, intentaría ser menos impaciente.
- Le dejaría notas de amor por la casa, o en su cartera, o se las enviaría por correo a su oficina.
- La sorprendería de vez en cuando con la cena preparada y el vino que más le gusta esperándola.
Ahora, pregúntate si realmente la amas. Si la respuesta es si , ¿a qué esperas para ponerte en acción? Sentirse querida es la única forma de que tu pareja recobre la confianza en ti y en su relación y, desde la confianza, todo será más fácil y relajado. Una vez desterrados los miedos, hay pocos motivos para enfrentarse. No se acabarán los conflictos, pero, cuando aparezcan, sabrás que están del mismo lado. Así será más fácil reconocer los errores y repararlos.