Los problemas de pareja no se solucionan de un día para otro, se necesita un tiempo para que los cambios positivos aparezcan. Ponte objetivos pequeños y alcanzables y los resultados serán más fáciles de obtener. Elige dos o tres de las habilidades de comunicación que te parezcan más útiles para tu relación y practica con ellas.
• Elige un momento oportuno para ambos. Si te mueres de ganas de hablar pero tu pareja está ocupada, informa de tu deseo y buscad juntos el momento idóneo para hablar. No intentes competir con las distracciones. Iniciar una conversación cuando tu pareja está viendo la televisión o cuando está abstraído en su pasatiempo preferido, es el camino más fácil para asegurarte su falta de atención e interés.
• Habla con claridad: expresa lo que deseas y manifiesta lo que te molesta. Exprésate de forma sencilla, no te andes por las ramas. No esperes que tu pareja te averigüe el pensamiento. Intenta ser específico y concreto. La información ambigua y los términos vagos dan lugar a malentendidos.
• Sé breve. En la comunicación de pareja debe existir un equilibrio entre hablar y escuchar. Los mensajes breves son los que más facilitan el entendimiento entre los interlocutores.
• Cíñete al tema que estás exponiendo. Enfadarse por algo del presente y soltar una retahíla de reproches por asuntos del pasado, es un camino seguro para iniciar una fuerte discusión.
• Escucha sin interrumpir. Recuerda que para ser escuchado hay que escuchar. No conviertas el diálogo en un concurso para mantener la palabra.
• Resume los puntos importantes de la conversación. Resume los minutos de discusión en una o dos conclusiones concretas.
• Habla en positivo y no conviertas tu petición o sugerencia en una crítica. Intenta desterrar de tus conversaciones en pareja los juicios de valor encabezados por frases del tipo «Deberías…» o «Tienes que …… Este tipo di expresiones provocan mucho malestar en el interlocutor.
• Aprende empatía. Empatizar significa ponerte en el lugar del otro, recoger sus emociones y observar el mundo desde su punto de vista.
• Pon límites a tu sinceridad. Hay comentarios y críticas que no aporta nada a tu pareja aunque sean cierta. Si quieres cuidar a tu relación recuerda que… ¡la sinceridad sin delicadez es brutalidad!
• Sé flexible. La flexibilidad es lo contrario de la rigidez, y se asocia a movilidad, al cambio y a la adaptad necesaria en toda relación de pareja.