Probablemente en más de una ocasión hayan bromeado o hayan escuchado alguna broma relacionada con las adicciones al sexo. Es verdad que esto es muy habitual en nuestra sociedad, pero no es menos cierto el hecho de que son un verdadero problema para quien las sufre, porque no se trata de algo nada agradable, porque como todo, los extremos son malos, y la verdad es que la obsesión con el sexo no es ninguna excepción.
Se trata de una grave enfermedad que hace que quién la padece no pueda pensar en otra cosa que no sea eso, con las consecuencias que ello conlleva y que en muchos casos le hacen perder desde su vida social hasta su trabajo, ya que no puede evitar en muchas ocasiones ponerse en situaciones demasiado comprometidas.
Además, los adictos al sexo suelen masturbarse muy a menudo, y coleccionan en muchos casos pornografía utilizando casi cualquier ocasión para darse placer sexual, sea a sí mismos o con otra persona manteniendo una relación. La única manera de salir de ese círculo vicioso es al igual que cualquier otra obsesión enfermiza acudir a un especialista, el cuál les ayudará a conseguir superarlo a través de terapia y en algunos casos tratamientos.