La palabra nos remite de inmediato a una mujer de físico espectacular, con una cabellera densa y brillante, piernas largas, delgada y en ropa interior. O también podemos pensar que un hombre de buen ver es ya intrínseca y automáticamente sensual sólo por tener una apariencia atractiva. La verdad es que la sensualidad es mucho más que poseer una característica que agrade a los otros. De hecho, va un poco en sentido contrario: ser sensual es tener la capacidad de que todo lo agradable que esté allá afuera, nos complazca y nos llene de bienestar.
Es decir: según la RAE, ser sensual se refiere a “…los gustos y deleites de los sentidos, de las cosas que los incitan o satisfacen y de las personas aficionadas a ellos.” Ésas, sin duda, son buenas noticias para todos, porque implica que si nos lo proponemos, cualquiera de nosotros –sin importar nuestra apariencia física ni condición social– podemos ser sensuales. Aquí te iremos dando algunas ideas para que ejercites esa afición por satisfacer tus sentidos: verás cómo se enriquece tu vida aprovechando al máximo toda la capacidad que tenemos para percibir y deleitarnos con todo aquello que nos rodea. ¡Queda al pendiente de nuestro próximo post!