Parece que cuando llega el momento de poner sobre la mesa algo que no está marchando muy bien (el tan temido “tenemos que hablar”), los hombres tienen más problemas para sobrellevar el trance, pues culturalmente se les ha obligado a ocultar sus emociones.
La dinámica varía en cada pareja, pero hay una constante: la mujer expresa lo que siente, el hombre se muestra incómodo y apenas reacciona contestando con monosílabos. El asunto se intensifica mientras más habla ella y más silencio le otorga él, terminando cada cual en sus respectivas e insatisfechas esquinas.
¿Por qué sucede esto? ¿Qué pueden hacer ambos para resolver el conflicto?
1. Aclaren que hablar no es lo mismo que “culpar”: Los hombres se sienten heridos cuando perciben que fallan, así que imaginar que no hace feliz a su pareja le produce una sensación de fracaso.
2. “Ponte en mi lugar”: la empatía es lo más importante en la comunicación. Consideren en todo momento cómo se sentiría estar en el lugar del otro.
3. Frenen las faltas de respeto: Todavía es común que algunos hombres digan “estás loca”, o “no seas absurda” para hacer sentir insegura a su pareja. Si desean que la discusión sea beneficiosa para ambos, deténganse. Señalen con toda la calma de la que sean capaces aquellas cosas que durante la charla les lastimen.
Es complicado, pero no imposible. Si los dos cooperan, podrán hablar de lo que sienten sin temor a acabar distanciados.