Es habitual entre algunos hombres medirse el pene y el resultado es una de las cifras que grabará a fuego en su memoria, junto al número de polvos que va disfrutando a lo largo de su vida, la talla de sujetador de la novia de turno y el dorsal de su jugador de fútbol favorito. Y el número de emergencias, porque solo tiene 3 cifras y el 11888, porque solo tiene 5 y una canción. Poco más.
Dando por hecho que medirse la vagina no es un procedimiento habitual entre las féminas (aunque alguna habrá), quizás os resulte curioso saber el tamaño de la susodicha. La profundidad común suele estar en torno a los 9 o 10 centímetros, que aumentan en 2 o 3, hasta un máximo de 15 o 16 cm, en grado de excitación. Alguna exclamará » ¡imposible!, que yo he catado alguno de 20, que soy una chica de mundo y el negro estiliza», pero todo tiene una explicación. La vagina, tiene en su zona más distal unos músculos denominados estriados, con la propiedad de la plasticidad y capaces de estirase hasta soportar cualquier tipo de pene. Basta decir que durante el parto soporta el tamaño del perímetro craneal de un nonato, que oscila entre los 31 y los 35 cm de diámetro.
Técnicamente el pene nunca puede llegar a tocar como tal el «fondo» de la vágina, ya que jamás avanza más alla del cérvix.
Fuente: PulsoDigital