Consensuando los espacios para cada uno.
Definiendo qué se hará con el dinero. (Porque si la mujer es moderna, tampoco puede esperar que el hombre se haga cargo de todos los gastos).
Trabajando la sexualidad: Para que la sexualidad funcione no se trata sólo de comprar lencería erótica. Sino de prestarle atención al otro, escucharlo. ¿Qué hace un hombre para que su mujer se «encienda» a la noche? ¿La llamó durante el día? ¿Le ofreció cocinar él para que ella termine su trabajo? Todo esto excita, y finalmente a la noche en la cama, dan ganas. Porque dan ganas de abrazarlo, mimarlo.
Desarrollando una buena comunicación y solidaridad con la pareja.
Disfrutando del bien del otro.
Teniendo sentido del humor y compartiendo con amigos.
Entendiendo que no hay competencia en la pareja sino que se trata de personas que son complementarias.
Fundamentalmente teniendo confianza en el otro. Sin confianza es muy difícil permitir que el otro tenga sus espacios individuales.